mercado laboral

Si algo podemos decir del mercado laboral es que puede ser enormemente cambiante. Así, lo que digamos hoy, puede no ser válido en breve. Y, de hecho, para nada se parece el actual mercado laboral si lo comparamos con el de diez años atrás.

Porque esos últimos diez años han supuesto un cambio enorme respecto a la situación actual.

De hecho sería interesante el hacer memoria, por parte de los que somos veteranos (que no viejos), y ver cómo ha evolucionado esto de buscar curro;  esto de ir a la caza de oportunidades laborales, ejerciendo el legítimo derecho de mejora profesional, y por ende, económica.

Así, pues, hagamos una breve revisión del pasado para entender el presente.

Año 2004, o aquellos maravillosos años.

Estamos en pleno momento de efervescencia económica. Los sueldos suben un porcentaje anual nada despreciable.

Cambiarse de trabajo es relativamente sencillo, en prácticamente todos los sectores y profesiones.

Nos encontramos en pleno boom de la construcción, inmersos en un proceso de sobreendeudamiento que ya muchos expertos empiezan a vaticinar de insostenible.

Aún así, parece que no haya límite superior y que el cielo no tenga techo.

En aquella época de ladrillazo, un peón de la construcción puede ganar más que un ingeniero. No paran de aparecer nuevas grúas por doquier y mucha gente invierte en inmobiliario.

La fuerza del dinero predomina sobre la racionalidad. El futuro no cuenta; es el presente, con el dinero corriendo a raudales, el que lo impulsa todo.

El mercado laboral despierta de un falso sueño.

Nos remontamos a Septiembre del 2008. Fannie Mae y Freddie Mac estallan en mil pedazos, despertándonos del bello sueño del crecimiento exponencial.

Descubrimos que el cielo tiene techo, y que cuando chocas contra él, puedes acabar cayendo en el infierno.

De los restos del naufragio surge un nuevo orden económico.

La burbuja financiera sobre la que la economía occidental había crecido, acaba de estallar. El flujo del dinero se interrumpe bruscamente y las empresas se quedan sin financiación.

El mercado laboral se derrumba, especialmente en España, y de una aceptable tasa de paro del 8% se pasa a un insostenible nivel por encima del 20%, en menos de un año.

En unos pocos meses tenemos un millón de personas más en el paro.

En aquel contexto el único objetivo es no perder el puesto de trabajo.

Prácticamente nadie piensa en mejorar su situación laboral ni en buscar trabajo.

Esto último parece una quimera en un contexto de destrucción masiva de ocupación que llegarán a aupar la cifra de paro hasta casi el 26%, con  unos insostenibles cinco millones de persona emulando la famosa película de Los lunes al sol.

Actualidad: De aquellos barros estos lodos.

El cambio de paradigma en el mercado laboral

Hemos asistido, pues, en la última década a un cambio de paradigma en el mercado laboral.

De estar en situación, por parte del trabajador, a poder escoger con cierta libertad el menú que gustase, a tenerse que conformar, en el mejor de los casos, con el menú del día, mirando siempre de reojo la posibilidad de que llegue el día de acabar en ayunas.

Si bien parece que en los últimos meses la situación de desempleo está mejorando, el miedo sigue instalado todavía en el cuerpo de muchos trabajadores y el espíritu aventurero que antaño hacía que el trabajador probara suerte de cambio, parece que ha disminuido drásticamente en los últimos tiempos.

Luego, si hace diez años eran las empresas las que sufrían en ocasiones de carestía de personal, ahora para cualquier puesto ofrecido el número de candidatos suele ser abundante.

Sobre todo en determinadas profesiones, como por ejemplo, las ligadas a la construcción, antaño locomotora de crecimiento, y hoy en día sector totalmente demolido.

La excepción a esta sobreabundancia de trabajadores puede venir por parte de algunos sectores, como el tecnológico, debido a que puede ser complicado el encontrar determinados perfiles de especialistas con conocimientos muy concretos.

Pero en general, la norma es que los que ahora tienen serias dificultades son los trabajadores en busca de empleo, y la posición más ventajosa se encuentra de parte de las empresas.

Por otra parte, aquellos que conservan su puesto de trabajo, en ocasiones se han visto sometidos a un incremento de trabajo y presión al tener que absorber las tareas de aquellos compañeros que han causado baja.

Con sueldos que presionan a la baja, el incremento de trabajo no se ve acompañado de un aumento salarial proporcional. Al contrario, las nuevas incorporaciones (si las hay) están dispuestas a hacer lo mismo por menos dinero.

Está claro, pues, que con el cambio de ciclo económico, las políticas salariales de las compañías van claramente a la contención.

Y tal tendencia parece que se ha de mantener mientras las cifras de paro se mantengan en niveles estratosféricos, cosa que ha de ocurrir mientras el crecimiento económico sea lento.

La búsqueda

Aquellos trabajadores que deban enfrentarse a la búsqueda de un trabajo se encontrarán hoy con unos métodos diferentes a los de quince años atrás. El viejo diario con anuncios clasificados es ya prácticamente historia.

Son residuales los puestos de trabajo que se publican a través de prensa escrita, cuando antaño era habitual su uso por parte de rastreadores de trabajo.

Ahora contamos con los portales de internet que acceden a una base de datos con miles de ofertas disponibles y que permiten sencillos filtrados por tipo de puesto de trabajo, localidad geográfica y rango salarial.

Portales de internet en los cuales el trabajador debe haber introducido su currículum debidamente actualizado.

Y esta reciprocidad de uso de nuevas tecnologías se da también por parte de los reclutadores. Las empresas también recurren a los sititos de internet, en los cuales publican sus ofertas para recibir los currículos de candidatos que opten a los puestos.

Publicar una oferta laboral a cualquier hora y día es ahora rápido y de coste bajo.

Disponer de candidatos que opten es prácticamente instantáneo. Con internet, la cantidad y rapidez de acceso a ofertas laborales, y la presentación de candidaturas es ahora infinitamente más rápida.

Debe tenerse en cuenta, que además hay un gran número de ofertas laborales que no salen nunca a la luz.

Este hecho es algo que ya se producía en el pasado.

Son ofertas que se mueven de forma discreta y que por diversos motivos no se quiere publicitar. Algunas de estas ofertas se mueven en el ámbito de lo estrictamente personal: directivos que buscan contratar personas de su confianza, perfiles muy especialistas y escasos a los que se contacta directamente, etc.

En la actualidad se considera que estas ofertas ocultas constituyen la mayor parte de los puestos vacantes actuales.

Según los expertos, la mejor forma de acceder a tales puestos de trabajo es a través del networking o contactos personales.

Portales como linkedin nos ayudarían a entrar en este tipo de dinámica.

En los últimos tiempos ha crecido de forma considerable una forma de reclutamiento a medio camino entre la oferta pública y la oculta. Son procesos en los que aparece la figura del headhunter o las agencias de contratación especializadas.

Se trata de ofertas de alta dirección o perfiles de gran especialización que suelen hacerse públicas a través de alguna agencia muy concreta, mientras que un reclutador especialista, aparte de estudiar los candidatos que solicitan el puesto, suele llevar a cabo una búsqueda activa más allá de los aspirantes que se presenten.

Se trata de búsquedas no sencillas que requieren tiempo y dedicación ya que encontrar un candidato ideal para determinados puestos puede ser complicado.

Los perfiles buscados.

La archiconocida web infojobs puede resultar útil como muestra del mercado laboral español. Allí podemos ver cuáles son el tipo de puesto de trabajo más demandado en la actualidad.

Hay que tener en cuenta que, aparte de la validación técnica, hoy en día se presupone que los candidatos deben cumplir una serie de requisitos generales tales como dominio del inglés (en ocasiones otra segunda lengua extranjera), trabajo en equipo, vocación de servicio, conocimientos informáticos, etc.

Entre los perfiles más solicitados  a través de infojobs, vemos que destacan en gran manera el  tecnológico y el comercial.

Tradicionalmente, el tecnológico es un tipo de trabajo que en ocasiones las empresas tienen dificultades para cubrir, por el alto grado de especialidad que a veces se requiere, lo cual hace que el número de candidatos sea relativamente bajo por cada puesto ofertado.

El perfil comercial es, en tiempos de crisis, muy solicitado, ya que  la prioridad número uno de las empresas suele ser incrementar la venta.

Se tratan en muchas ocasiones de perfiles estratégicos, ya que de ellos depende en gran medida la facturación final de las empresas.

Es por ello que los buenos profesionales de la venta se encuentran entre los trabajadores más cotizados.

La diferenciación del candidato.

Es cierto que en una situación de sobreabundancia de candidatos, destacar es muy complicado. El porqué a un determinado aspirante se le va a valorar más que a otro vendrá dado por algún rasgo distintivo con respecto a la competencia. Para incrementar las  posibilidades de ser elegido, es necesario llevar a cabo una muy buena entrevista.

Es en ese momento en el que el candidato debe saber vender correctamente algún rasgo diferencial que le haga destacar. Para ello deberá sorprender positivamente en diversos ámbitos:

–          Experiencia laboral: Si tenemos una experiencia dilatada y rica deberá sorprender al entrevistador con algún as que tenga en la manga: un proyecto internacional, experiencia en fusión empresarial, participación en la reestructuración de compañías, un gran éxito de ventas, etc. Algún aspecto que en el contexto del nuevo puesto crea sea valioso, lo tendrá que exponer con elegancia y seguridad.

–          Idiomas: Se supone que el inglés ya es conocido, sobre todo si se opta a posiciones con alguna proyección internacionales. Algún otro idioma adicional siempre será un punto a favor respecto a un candidato que carezca de él.

–          Especialización académica: Algún tipo de curso o, las cada vez más demandadas certificaciones oficiales siempre será un argumento válido para poder defender mejor nuestra posición.

–          Aptitudes personales: Es la parte más subjetiva y probablemente la más difícil de explicar. Si el candidato consigue enumerar alguna aptitud que esté en mente del entrevistador, habrá llevado a cabo un paso importante.

Estrategias de búsqueda.

La estrategia de búsqueda debe ir orientada a qué se desea conseguir.

Puede que el candidato esté buscando un puesto mejor remunerado, o bien uno que ofrezca un mayor crecimiento profesional, o bien una mejor compatibilización de vida laboral con vida personal.

Cada candidato debe saber el porqué desea cambiar de puesto de trabajo y en función de ello escoger su objetivo.

Hoy en día cualquier estrategia de búsqueda amplia pasa por internet. En este ámbito en donde encontramos las fuentes de información más extensas y globales sobre la oferta disponible.

Lo habitual es darse de alta en las webs profesionales más comunes y a partir de ahí poder optar a puestos de trabajo que sean acorde a lo buscado.

Otra estrategia de búsqueda es disponer de un listado de las principales webs especializadas en consultoría de búsqueda de candidatos, de forma que se vayan revisando periódicamente y así detectar una posible vacante de interés a la que optar.

Es evidente que la estrategia de búsqueda dependerá de las circunstancias personales de cada uno.

Así, por ejemplo, alguien que esté en paro tendrá mayor prisa en conseguir un puesto de trabajo que quien esté en activo, por lo que a la hora de buscar trabajo, su estrategia de búsqueda será menos selectiva y será más proclive a aceptar un abanico de ofertas más amplio.

Generalistas versus especialistas.

La mayor parte de los profesionales nos hemos planteado esta cuestión en ocasiones.

Antiguamente el perfil generalista predominaba ampliamente. Con el tiempo los procesos empresariales se han ido complicando y cada vez más se ha necesitado la especialización.

El especialista tiene la ventaja que se vuelve más necesario y, frecuentemente, también mejor pagado.

Sin embargo tiene el inconveniente de que depende en exceso de un área de conocimiento que de entrar en declive, o de haber una sobresaturación de profesionales, el cambio le puede resultar muy complicado.

El generalista siempre tendrá un cartel más flexible, aunque su figura será siempre más fácilmente reemplazable.

El generalista debe intentar, desde su posición de visión global, el profundizar en aquellas áreas que considere más estratégicas para la Empresa y así reforzar su situación.

Este tipo de trabajadores, a priori, podrán adaptarse mejor a puestos futuros que tengan diferencias notables con respecto al actual.

Movilidad geográfica.

El profesional actual debe estar dispuesto a viajar cuando las circunstancias lo requieran. En general, con los medios actuales de videoconferencia y de redes de comunicaciones, gran cantidad de trabajo se puede hacer remotamente.

Pero es la actual época de globalización del trabajo, que ha hecho que cualquier distancia planetaria esté a un clic de ratón, la que nos convierte en trabajadores globales y que, por tanto, debamos estar dispuestos a viajar a cualquier parte del mundo, aunque sea esporádicamente.

Hoy en día, para determinado tipo de profesional, negarse a ello, es un hándicap grave, y de hecho las ofertas que requieren movilidad lo explican claramente.

Futuro: incertidumbre total.

Si algo debemos haber aprendido de la crisis de los últimos años es que debemos ser capaces de vivir dentro de un marco incierto. No sabemos, por mucho que algunos gurús hagan previsiones, de cómo se va a mover el futuro laboral en los próximos años.

Cierto es que caer más abajo es complicado, y que en los últimos meses se atisba cierta mejora en la ocupación.

Sin embargo nadie garantiza cómo se va a mover el mercado en los próximos años ni los cambios que van a producirse.

En principio, todo apunta a una mejoría lenta. La recuperación de todo lo que se destruyó de una forma tan masiva no va a ser nada sencillo.

Por consiguiente se va a requerir amplitud de miras, capacidad de resistencia y ciertas dosis de positivismo para encarar el futuro, aunque las circunstancias actuales no sean del todo halagüeñas.

La situación actual del trabajo en España es muy preocupante.

Muchas personas son víctimas de los cambios económicos y no son capaces de encontrar un trabajo digno con el que puedan mantenerse a sí mismos y a su familia.

Por eso es tan importante conocer sus derechos y luchar por ellos hasta conseguir una sociedad mejor en la que todo ser humano pueda vivir con dignidad y mantenerse.

José García Vicente es Ingeniero Técnico de Telecomunicaciones por la UPC y MBA  especializado en Tecnologías de la información por IDE-CESEM.

Durante 18 años de profesión ha trabajado tanto en consultoras IT (Seídor, Concatel – Vanture) como en multinacionales ligadas al sector de la automoción (Federal Mogul, Visteon).

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Mercado laboral: la situación actual

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Año 2004, o aquellos maravillosos años.

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El mercado laboral despierta de un falso sueño.

Nos remontamos a Septiembre del 2008. Fannie Mae y Freddie Mac estallan en mil pedazos, despertándonos del bello sueño del crecimiento

Actualidad: De aquellos barros estos lodos.

El cambio de paradigma en el mercado laboral

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Aquellos trabajadores que deban enfrentarse a la búsqueda de un trabajo se encontrarán hoy con unos métodos diferentes a los

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La diferenciación del candidato.

Es cierto que en una situación de sobreabundancia de candidatos, destacar es muy complicado. El porqué a un determinado aspirante

Estrategias de búsqueda.

La estrategia de búsqueda debe ir orientada a qué se desea conseguir.

Generalistas versus especialistas.

La mayor parte de los profesionales nos hemos planteado esta cuestión en ocasiones.

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El profesional actual debe estar dispuesto a viajar cuando las circunstancias lo requieran. En general, con los medios actuales de

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