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…¿Qué pensáis?
Imaginar el futuro se está convirtiendo en un reto muy ambicioso; el cambio es constante y cada vez más acelerado. En este momento, muchos nos sentimos como Julio Verne y ya veremos si somos tan visionarios como él.
Mi percepción de cómo será el futuro profesional desde mi experiencia como consultora de empresas, apunta por los siguientes senderos:
¿CÓMO SERÁN LAS EMPRESAS EN 2021?
Organizaciones pequeñas en estructura y grandes en proyectos
Resumen del post:
Desde el punto de vista de la gestión de Recursos Humanos, las grandes corporaciones se están convirtiendo en ingobernables. Es demasiada la diversidad que tienen que gestionar como para poder adaptar sus políticas y generar oportunidades acordes a las necesidades de cada profesional.
El talento hoy demanda autonomía, participación, desarrollo, etc. y esto solo se puede ofrecer si se trabaja de una manera muy personalizada.
Cuando el número de personas a gestionar es muy grande, esto se hace casi imposible. La forma de conseguirlo es trabajar con unidades más pequeñas, en número de personas, donde la comunicación fluya de forma más eficaz, las decisiones sean más rápidas, el conocimiento se expanda, el cliente esté más cerca, etc. En definitiva, donde todos se sientan partícipes e importantes.
Esto no significa que como la empresa es pequeña, sus clientes o sus proyectos también tienen que serlo. Actualmente, cualquier producto o servicio requiere la involucración de un número significativo de empresas.
Generalmente el motivo que se avala para esto es el económico.
Sin embargo, hay otro motivo muy poderoso: una sola empresa no suele tener todo el know how necesario para desarrollar el proceso completo.
En una época caracterizada por el I+D+i, lo más eficiente es que cada organización innove en su especialidad y genere sinergias con otras empresas para producir y llegar al mercado.
Equilibrio entre el coste y el beneficio
Llevamos ya unos años oyendo hablar de la economía sostenible. Este movimiento aboga por establecer relaciones empresariales donde exista un equilibrio entre lo individual y lo social, tanto dentro como fuera de la empresa.
Hasta el momento, las relaciones empresariales se han regido por la ley de la oferta y la demanda casi en exclusiva, desatendiendo otras leyes fundamentales como la sostenibilidad y la equidad. Ya no vale el paradigma “cuánto estás dispuesto a pagar”, sino “esto vale tanto y deja un margen justo para ambos”.
Cuando los trueques entre empresas, entre empresas y clientes, o entre empresa y trabajadores, no son equilibrados, tarde o temprano las relaciones empresariales terminan rompiéndose o siendo improductivas. Esto, que podría llegar a ser útil desde una perspectiva cortoplacista, no es sostenible en el medio plazo. Generar relaciones equilibradas entre lo que se da y lo que se recibe a cambio es la forma más inteligente si se quiere perdurar.
¿CÓMO SERÁN LOS PROFESIONALES EN 2021?
El talento se convierte en profesión
Los profesionales que destacan son aquellos que suelen disfrutar con lo que hacen y además consiguen resultados. “Disfrutar” y “conseguir” son dos acciones que se condicionan y se potencian mutuamente. Es más fácil ser tenaz con algo que nos resulta agradable y estimulante.
En estos casos parece que no hay obstáculo que nos detenga y por eso conseguimos resultados. Además, el resultado nos permite sentir una emoción de gozo.
Curiosamente, son pocos los profesionales que encaminan su trayectoria profesional por ámbitos donde su talento pueda ponerse en marcha. Cada persona tiene su propio talento, aquello en lo que destaca y además le hace disfrutar.
Si las personas legitimamos nuestro talento y lo convertimos en nuestra profesión, la excelencia personal y profesional tiene bastantes garantías de alcanzarse.
Profesionales que cambian de oficio cada cierto tiempo
Hemos comentado anteriormente que el cambio acelerado forma parte de nuestra época y éste deja su huella en muchos ámbitos, también en la carrera profesional.
Si antes un profesional cambiaba de empresa o de sector para encontrar nuevos espacios donde seguir creciendo, ahora esto ya no es suficiente porque crecemos profesionalmente más rápido que generaciones anteriores.
Este es el motivo que impulsará a que muchas personas, para conseguir satisfacer sus necesidades de autodesarrollo, cambien de oficio. Y cuando una profesión ya no resulte estimulante económica y/o personalmente, se buscará otra que perdurará mientras mantenga un nivel de desarrollo y satisfacción que retenga al profesional.
El futuro parece incierto y nosotros lo haremos cierto. Imaginar es empezar a construir el futuro y mucho de lo que imaginemos, podrá convertirse en realidad.
Artículo escrito por ÁNGELA DÍAZ
Licenciada en Psicología, especializada en Psicología de la Organización por la UCM y en Desarrollo Organizacional por el Instituto Europeo de Estudios de Psicoterapia Psicoanalítica y la Tavistock Clinic. MBA en Dirección Empresarial y Marketing por ESIC.
Es socia fundadora de la consultora Dynamis empresa especializada en liderazgo, comunicación y cambio. Co-autora del libro “Comunicación sostenible”.