Basta con una reunión entre amigos para que las ideas y los negocios comiencen a surgir. La época que nos está tocando vivir no es buena y el clima con que vivimos esta situación es peor.
El pesimismo se ha apoderado de nosotros y no sabemos cómo resolverlo.La sociedad está sufriendo, no sólo me refiero a lo laboral; nos está inundando en todos los aspectos de nuestra vida y eso está haciendo que las ideas que teníamos de esto o aquello se oscurezcan.
En circunstancias en que muchas empresas están cerrando y que muchas otras tienen serias dificultades, no parece el momento de encontrar modos de hacer negocios.
Oportunidades de negocio ¿realmente existen?
Resumen del post:
Sí, absolutamente.
Todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido una idea, que en algunos casos sólo se ha quedado en eso, sin animarnos a hacerla realidad. No sabemos si es buena o mala o, mejor dicho, si va a tener éxito o no.
Como dice la primera frase de este artículo, basta un momento agradable, una comida, una cena con un clima idóneo para que las ideas comiencen a surgir. No hace falta que sean expertos los que intervengan, sino que hace falta que se desprendan de este pesimismo que reina en nuestro día a día.
Conocí hace poco tiempo el caso de “Pet rock”, una piedra mascota. Parece un chiste, pero es un buen ejemplo de oportunidades de negocio. Casi todos nosotros miraríamos una piedra y no veríamos como nos beneficiaría.
Sin embargo, su creador, Gary Dahl, vio más allá. Vio una oportunidad de negocio en lo que en principio fue una idea en un bar bromeando con sus amigos. Resultó ser una idea que tras ponerla en marcha se convirtió en una oportunidad de negocio maravillosa (y millonaria).
Pero las ideas son sólo eso, ideas. Para que se conviertan en oportunidades hace falta más, hace falta tiempo, financiación pero, sobre todo, yo recalcaría que hace falta motivación e ilusión.
Todos hemos escuchado la frase de “el tren sólo pasa una vez”. Pues yo pienso que no, que el tren pasa en todo momento, sólo hay que hacer un esfuerzo por subirse.
En este país la gran mayoría tenemos miedo al fracaso, tenemos la sensación de que uno va a ser juzgado por intentarlo, de que va a llevar toda su vida ese letrero de perdedor.
Tenemos una cultura curiosa. Desde pequeños, cuando aprendemos a caminar y nos caemos, nos levantan y nos animan a continuar. No pasa nada por caer, es normal. Sin embargo, cuando crecemos, la cosa cambia.
Comenzamos a caminar y si caemos o tropezamos parece que no podamos continuar, por si vuelves a caer otra vez.
He aprendido durante mi formación que muchas de las grandes empresas han fracasado a lo largo de su vida. Me gusta el ejemplo de Coca Cola y su “Cherry Coke” o su “New Coke”. Nadie suele acordarse de esos productos. Todos seguimos viendo a Coca Cola roja y feliz.
Como éste, existen millones de ejemplos. Y no sólo ejemplos de grandes empresas (que la gran mayoría empezaron como pequeñas empresas) sino también de PYMES, de negocios familiares que han triunfado en base a una idea que han trabajado.Una idea que se ha convertido en una oportunidad.
A pesar de que esto que comento no es nada nuevo, la coyuntura económica que vivimos nos está haciendo retroceder en el tiempo. Nos ha encerrado en la idea de que “me pasa esto o aquello por esta crisis” o, “mi empresa no puede continuar porque la situación es la que es”.
Estas son frases literales que he escuchado en mi trabajo diario, y claro que son tiempos de dificultad en los que la gran mayoría no pueden hacer frente a la situación, pero, no obstante, muchas otras personas no han sabido advertir el cambio que se está dando en la sociedad.
Todo está cambiando
Las tendencias del mercado están cambiando y hay que observarlas para poder tener éxito.
Muchas empresas hacen lo que antes hacían pretendiendo conseguir resultados mejores o mantener los que antes tenían, sin tener en cuenta que los consumidores estamos buscando otra cosa diferente.
A esto, Einstein, lo definía como locura. Por tanto, primero hay que observar y entender a quien vas dirigido y de ahí, entendiendo lo que quieres, surgirán las oportunidades.
Por tanto, el conocimiento es básico. Es difícil que aciertes con un regalo si no conoces a la persona en cuestión, si no sabes si es mujer o hombre, qué edad tiene, sus gustos… Lo mismo pasa con el mercado.
Si no lo conoces, por mucho que tu idea sea buena no conseguirás aceptación. ”Muchas empresas hacen lo que antes hacían sin tener en cuenta que los consumidores buscan algo diferente”
Un ejemplo interesante es el de “Swatch”. Esta empresa suiza advirtió un cambio de tendencias con la introducción en el mercado de relojes digitales provenientes de la industria japonesa.
Conoció su mercado y actuó modificando su producto tradicional y adaptándolo a las nuevas exigencias de los consumidores.
No sólo existe un cambio en la mentalidad del consumidor, también en la de los nuevos emprendedores.
La crisis está aflorando nuestro ingenio y está haciendo que crezca el número de empresarios. Las razones son diversas (falta de trabajo, de motivación, etc.), pero la base es la misma, una idea que trabajada se convertirá en una oportunidad.
Concluiré refiriéndome a los jóvenes que tan difícil lo tenemos y tan pocas expectativas de empleo poseemos.
Una vez me comentaron que de quién iba a depender mejor mi futuro que de mi misma. Somos gente formada y con capacidad para adquirir compromisos laborales.
No tenemos grandes experiencias pero si motivación, ilusión e ideas, que tal y cómo he aprendido son las bases para buenas oportunidades.
Las oportunidades de negocio existen.
En todos los tiempos, en todos los aspectos y para todas las personas, pero hay que ir a por ellas y no temer a fracasar porque los fracasos son experiencias que te ayudan a aprender y a escribir de nuevo el camino
Artículo escrito por MARÍA VIZCAY
Licenciada en Derecho en la UPNA y MBA Master in Business Administration por IDE-CESEM En la actualidad trabaja como Técnico en digitalización en CONASA. También es Auxiliar administrativo en ADONA (Asociación de Donantes de Sangre de Navarra). Anteriormente había colaborado en despachos de abogados.