Érase una vez, en un pequeño pueblo enclavado en las ondulantes colinas del campo, cuatro jóvenes amigos: Lily, Jack, Olivia y Max.
Eran los mejores amigos y se pasaban el día explorando los bosques y arroyos que rodeaban su pueblo.
Un día luminoso y soleado, los cuatro amigos decidieron ir de aventura a la montaña cercana. Hicieron las maletas con agua y bocadillos y salieron temprano por la mañana.
A medida que subían, se maravillaban de las hermosas vistas y del aire fresco y limpio.
Pero pronto se dieron cuenta de que estaban perdidos.
Se habían equivocado de camino y ahora estaban en lo más profundo del bosque, sin saber cómo volver a su pueblo.
Los cuatro amigos estaban asustados y no sabían qué hacer.
Pero entonces Lily, la más valiente de todas, dio un paso adelante y dijo: «Tenemos que mantenernos unidas y ayudarnos unas a otras. Encontraremos el camino de vuelta si trabajamos en equipo«.
Con las palabras de ánimo de Lily, los amigos empezaron a buscar el camino de vuelta a su pueblo. Siguieron el sonido de un arroyo cercano, con la esperanza de que les condujera a la civilización.
Después de caminar durante horas, por fin dieron con una pequeña cabaña en el bosque. Llamaron a la puerta y fueron recibidos por un amable anciano que les ofreció cobijo y comida.
El anciano contó a los niños que él mismo se había perdido en el bosque hacía muchos años, y que fue la ayuda y la amistad de los demás lo que le había salvado. Enseñó a los niños la importancia de permanecer unidos y de ayudarse mutuamente en tiempos de necesidad.
Con la ayuda del anciano, los cuatro amigos pudieron encontrar el camino de vuelta a su pueblo.
Aprendieron una valiosa lección sobre el poder de la amistad y el trabajo en equipo, y se sintieron agradecidos por tener a los demás como amigos.
FIN.